miércoles, 24 de agosto de 2011


¿Cómo afecta a nuestro organismo la pérdida rápida de grasa?

Vamos a echar un vistazo a la actual epidemia de obesidad. La forma más rápida y popular (aunque costosa) para perder grasa es succionarla del cuerpo. Los cirujanos plásticos llevan haciendo esto durante los últimos 40 años. Sin embargo, por alguna razón, sus pacientes siguen regresando cada 12 meses porque necesitan una nueva liposucción. Tal vez estos pacientes no tienen fuerza de voluntad para perder grasa con una dieta.
Ahora un nuevo estudio, prepublicado en un artículo online (Obesity, Hernandez et al, 2011 ), indica que la gente que se somete a una liposucción podría no tener tan poca fuerza de voluntad. Después de un año comparándose con un grupo control (al que se le prometió descuento para su liposucción si esperaba al resultado del estudio), las mujeres que se habían sometido a una liposucción no experimentaron cambios en su peso o su porcentaje de grasa corporal 12 meses después de la operación. Habían recuperado toda la grasa que se les había retirado en la liposucción. Más interesante aún, la grasa nueva apareció en lugares diferentes. Inicialmente, fue tomada de la cadera, y 12 meses después reapareció en el abdomen. En esencia, la liposucción había transformado la morfología de los pacientes de forma de pera (con pocas consecuencias cardiovasculares a largo plazo) a forma de manzana (con más consecuencias cardiovasculares a largo plazo). Si bien no hubo deterioro a corto plazo en sus marcadores metabólicos, indicativos de futura diabetes o enfermedades del corazón, el cambio en la forma del cuerpo sigue siendo un factor de predicción siniestro para su salud futura.
El por qué crecen nuevas células de grasa en diferentes partes del cuerpo sigue siendo un misterio. Pero sí indica la capacidad del cuerpo para defenderse contra la pérdida rápida de grasa. La pérdida de grasa debe ser un proceso lento y continuo para evitar la activación de estos sistemas de defensa. Es imposible perder más de 500 g de grasa por semana. Se puede perder mucho más peso, pero la diferencia en la pérdida de peso proviene principalmente de la pérdida de agua o la pérdida de masa muscular. Es por esto que se ve una importante de pérdida de peso durante la primera y segunda semana en las dietas para perder peso (principalmente es pérdida de agua), seguido por una pérdida de peso mucho más lenta (que consiste en la pérdida de grasa).
Al parecer, sólo a través de la pérdida lenta y constante de grasa corporal no hay ningún tipo de activación de las señales hormonales que activan la formación de nuevas células de grasa en otras partes del cuerpo para restablecer los niveles de grasa. La liposucción es una pérdida de grasa rápida, y por lo tanto las señales hormonales se activan, lo que conduce a la mayor producción de células de grasa en diferentes partes del cuerpo. A la gente no le gusta oír esto, pero por desgracia, es la verdad.
Lo que impulsa la ganancia de grasa es la inflamación celular que crea resistencia a la insulina, como explico en mi libro "Grasa Tóxica".
Para perder el exceso de grasa corporal, primero se debe reducir la inflamación celular. Esto sólo se puede conseguir con una dieta antiinflamatoria.
No hay ningún secreto en ello. Lo que debes hacer es comer suficientes proteínas en cada comida, comer verduras con color como fuente de carbohidratos, y evitar la ingesta de un exceso de omega-6 (por ejemplo, aceites vegetales), y grasas saturadas, consume sobre todo grasas monoinsaturadas y grasas omega-3.
Tienes que hacer esto durante toda la vida.

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